Porque para esto Cristo murió y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos. – Romanos 14:9

Poco a poco se prenden más y más velas: la Semana Santa ya está a la vuelta de la esquina. En esta época del año clave para la comunidad cristiana se recuerda y conmemora la muerte en la cruz y posterior resurrección de Jesucristo. El misticismo que rodea la Pasión de Cristo puede reflejarse a través de muchos símbolos, siendo el más conocido de todos el color cambiante de los hábitos de los sacerdotes.

Desde el inicio de la Cuaresma el Miércoles de Ceniza hasta el Miércoles Santo, el color de la túnica es el morado, que simboliza la penitencia. Tener prendida una veladora morada durante toda esta etapa puede ser un buen recordatorio del propósito de este período.

Para el Jueves Santo y desde el Sábado Santo hasta el día de Pentecostés, los clérigos llevan una sotana blanca. Es un color que indica solemnidad, pero también alegría, agradecimiento y amor al Señor por su sacrificio por la humanidad. Las veladoras y velas blancas pueden servir para llevarlas durante las procesiones o para colocarlas en nuestra casa cerca de nuestras imágenes de Jesús y nuestros santos preferidos.

El Viernes Santo está marcado por el color rojo. Los ropajes del sacerdote son rojos para representar la sobriedad y el martirio de la crucifixión. Esta coloración puedes encontrarla y representarla en tu hogar con veladoras con imágenes de rosas rojas o con velas con recipientes del mismo color, por ejemplo.

En este tiempo de profunda espiritualidad que invita a la introspección y la reflexión sobre nuestros pecados, no olvides iluminar tu vida con veladoras para vivir la Semana Santa con la mayor intensidad.