«Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza.» – Génesis 18:27.

El tiempo de Cuaresma comienza cuando acaba Carnaval, con una fecha muy importante del calendario cristiano: el Miércoles de Ceniza. En este día se recuerda la futilidad de la condición humana frente a Dios, simbolizada con la imposición de la ceniza de los ramos bendecidos el Domingo de Ramos en forma de cruz sobre la frente. Empieza en esta jornada el rito de la penitencia con el ayuno y abstinencia de la carne durante el periodo de Cuaresma.

Esta etapa del año es una de reflexión y contemplación, y prender una veladora en nuestra casa o en la iglesia puede ser un buen método para canalizar los pensamientos de penitencia en los momentos de oración. Encender velas a un santo o santa también es una manera muy adecuada de dirigir nuestras plegarias. No hay vista más preciosa que la de una iglesia llena de luces portadas por un mar de devotos congregados en un momento de fe e intimidad compartida.

La cera que se derrite y forma pequeños charcos en las veladoras cuando ya llevan un tiempo prendidas, puede ayudar en la oración y recordar cómo Dios purifica a sus fieles a través de la luz, al igual que la ceniza, que representa el centro de esta ceremonia.

Esta Cuaresma, enciende una veladora y deja que la luz ilumine tu fe.