El tiempo de Cuaresma llega a su fin y eso sólo puede significar una cosa: hay que bendecir los ramos. En el Domingo de Ramos conmemoramos la entrada de Jesús en Jerusalén con una celebración muy especial, dando así inicio oficialmente a la Semana Santa. Prende una veladora a tu santo preferido y sal a recibir al hijo de Dios con tu luz.
El evento especial de este día es la distribución de las ramas de palma y la bendición de estas por parte del párroco con agua bendita en una misa llena de luz, velas y fe. Cuando no hay palmeras en la región, se recurre a otros árboles como el olivo o el sauce, pero el propósito es el mismo: celebrar la llegada del Mesías.
Hay zonas en las que este día se celebra por todo lo alto. En Itzapalapa, por ejemplo, las calles se llenan de flores y gente. El pueblo entero se vuelca en esta celebración, vistiéndose de nazarenos, portando sus altos ramos, y disfrazándose como habitantes de Jerusalén. Y este es sólo el principio, ya que hacen más recreaciones a lo largo de esta semana tan importante.
En este momento de espiritualidad, llena tu hogar de velas y veladoras e ilumina tu mundo con la luz de la fe..
«Digan a Jerusalén, la ciudad de Sión: “Mira, tu Rey viene a ti lleno de humildad, montado en un asno, en un pollino, hijo de animal de carga”». – Mateo 21: 5.